La Equinácea

El primer post de este blog lo quería dedicar a algo especial para mí. Muchos os preguntaréis por qué esta planta, y el motivo es que gracias a ella, ya hace muchos años, entré en este maravilloso mundo de la fitoterapia, cuando ni los antibióticos recetados por el médico una y otra vez me ayudaban, descubrí sus beneficios y acabé con la infección en poco tiempo.

La #equinácea o echinacea es una planta herbácea vivaz, de la familia de las Asteraceae, y procedente de Norteamérica.  Se tiene constancia de que desde el 1700 los índios nativos americanos la usaban (la llamaban ek-ihnay-sel-uh), y en la medicina tradicional desde principios del siglo XX.  Tiene 23 variedades, pero la más utilizada y eficaz es la Purpurea.  Su nombre proviene del griego “echino”  que significa “espinoso”, haciendo referencia al disco central espinoso de la cabezuela floral.

Se utilizan sus hojas, flores y raíces. Gracias a sus principios activos (aceite esencial, glucósido, equinaceína, polisacáridos, poliacetilenos y compuestos fenólicos) hace que sea un perfecto antimicrobiano, anticatarral y tónico.  Es uno de los mejores remedios para ayudar al organismo a defenderse contra las infecciones, sean bacterianas o víricas.


Hasta ahora, lo expuesto es a nivel general, con lo que ya os podéis hacer una idea de sus indicaciones, pero paso a detallaros más sobre sus posibles usos:

-A nivel interno: infecciones, especialmente el resfriado común y otras infecciones del tracto respiratorio superior (gripes, faringitis, amigdalitis, bronquitis), sinusitis,  infecciones del tracto urinario (cistitis, pielonefritis, uretritis…), infecciones vaginales, herpes,  infecciones bucales, bacteriemia (bacterias en la sangre), infecciones por streptoccocus, infecciones del oído, síndrome de la fatiga crónica, digestiones pesadas, inflamaciones de músculos y tendones. Además en este nivel, es muy importante su papel Inmunoestimulante, ya que aumenta los mecanismos de defensa del organismo a nivel general, incrementando a su vez la fagocitosis (los leucocitos destruyen los microorganismos), y aumenta la producción de anticuerpos. Por esta razón ha sido recomendada en casos de cáncer para contrarrestar los efectos negativos que la quimioterapia provoca sobre las defensas.
-A nivel externo: heridas, úlceras, quemaduras, forúnculos, reduce el acné y evita que se infecte, eczemas, llagas bucales, gingivitis, anginas (beneficiosa tanto a nivel interno como externo haciendo gárgaras ya que reduce la inflamación).

La equinácea ha sido una planta muy estudiada y se han llevado a cabo numerosos experimentos para comprobar su eficacia. Tal es el caso de la Comisión E (guía terapéutica alemana de plantas medicinales) y ESCOP
(European Scientific Cooperative on Phytotherapy), organismos cuyos estudios demostraron que la planta ayudaba en casos de gripe disminuyendo los síntomas (inflamación nasal y glandular) y reduciendo su duración considerablemente.  Otros estudios la recomiendan más para combatir los síntomas que para prevenirlos, pero (y esto ya es una opinión personal), creo que al subir las defensas estamos armando al organismo para evitar posibles infecciones, y dado que no se han descrito efectos secundarios, podemos tomarla sin ningún peligro. Únicamente se suele desaconsejar tomarla con medicamentos que puedan causar daños hepáticos, pero por lo general se puede suministrar incluso a niños (en dosis más pequeñas).


En conclusión, nunca voy a competir contra la “medicina general” ni desaconsejar acudir al médico de cabecera, ya que creo que las terapias naturales son complementarias a tratamientos médicos convencionales, pero muchas veces nos dejamos medicar provocando un estrés innecesario al organismo cuando en realidad no hubiera hecho falta. Bajo mi humilde opinión, creo que los médicos recetan antibióticos muy a la ligera sin tener en cuenta que éstos arrasan con todo microorganismo incluyendo la flora intestinal, en otras palabras, dejan a nuestro cuerpo extremadamente debilitado, sin contar con posibles efectos como problemas intestinales, candidiasis vaginal, volver a enfermar a las dos semanas (como me pasaba a mi), etc., por lo que en casos como gripes,  faringitis o amigdalitis, recomiendo antes la equinácea.

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